viernes, 25 de noviembre de 2016

Inicio del Constructivismo Ruso



Constructivismo


El término «constructivismo» aparece por primera vez como algo positivo en el Manifiesto Realista (1920) de Gabo Diem. Alekséi Gan utilizó la palabra como el título de su libro Constructivism, impreso en 1922. Aplicó el constructivismo a su trabajo, mientras que su abstracción geométrica se debió, en parte, al suprematismo de Kasimir Malévich.

Fotografía de la primera Exposición constructivista (OBMOJU), 1921
 Primera Exposición constructivista (OBMOJU), 1921
La base de enseñanza para el nuevo movimiento fue puesta por el Comisariado del Pueblo para la Educación (o Narkompros) del gobierno bolchevique (o Sovnarkom), a cargo del Ministerio de Cultura y Educación dirigido por Anatoli Lunacharski, que en 1918 suprimió la Academia Imperial de las Artes de Petrogrado y la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú (en:Moscow School of Painting, Sculpture and Architecture). La oficina artística del Comisariado funcionó durante la Guerra Civil rusa principalmente dirigida por futuristas, que publicó el diario Arte de la Comuna. El centro del constructivismo en Moscú residía en Vjutemás: la escuela para el arte y el diseño, establecida en 1919. Gabo Diem señalaría más adelante que la enseñanza en la escuela fue orientada más en la discusión política e ideológica que en la creación artística.


 Tatlin, arte y constructivismo


Monumento a la Tercera Internacional (1919).
Monumento a la Tercera Internacional de Tatlin (1919)

La obra canónica del constructivismo fue la propuesta de Vladímir Tatlin para elMonumento a la Tercera Internacional (1919) que combinaba una estética de máquina con componentes dinámicos que celebraban la tecnología, como los reflectores y las pantallas de proyección. Gabo Diem criticó públicamente el diseño de Tatlin diciendo «O se crean casas y puentes funcionales o el puro arte por el arte, pero no ambos».
Esto llevó a una división importante dentro del grupo de Moscú en 1920 cuando el Manifiesto Realista (de Naum Gabo y Antoine Pevsner) afirmó la existencia de un núcleo espiritual para el movimiento. Esto se oponía a la versión del constructivismo adaptable y utilitaria que sostenían Tatlin y Ródchenko.
La obra de Tatlin fue inmediatamente alabada por artistas en Alemania como una revolución en el arte: una foto de 1920 muestra a George Grosz y John Heartfield sosteniendo una pancarta diciendo «El arte está muerto. ¡Larga vida al arte de la máquina de Tatlin!», mientras que los diseños para la torre se publicaron en la revista de Bruno Taut Fruhlicht.
 


Así como estuvieron envueltos en trabajos de diseños industriales, los constructivistas trabajaron en festivales públicos y diseños de carteles callejeros para el gobierno de la revolución bolchevique post-Octubre. Quizás el más famoso de esos se dio en Vítebsk, donde el grupo UNOVIS de Kazimir Malévich pintó placas de propagandas y edificios (el más conocido era el póster de El Lissitzky: Golpea a los blancos con la cuña roja (de 1919). Inspirado por la declaración de Vladímir Mayakovsky «las calles nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas», artistas y diseñadores participaron en la vida pública durante la Guerra Civil.
Una instancia determinante fue el festival propuesto para el congreso del Comintern en 1921 por Aleksandr Vesnín y Liubov Popova, que reensamblará las construcciones de la exhibición OBMOJU así como realizará trabajos para el teatro. Hubo un gran momento en este periodo entre el constructivismo y el Proletkult, cuyos ideales concernieron en la necesidad de crear una estructura cultural completamente nueva y acorde a los constructivistas. En suma algunos de los constructivistas estuvieron fuertemente envueltos en la «Ventanas ROSTA», una campaña de información pública bolchevique alrededor de los años veinte. Algunos de los más famosos de esta fueron el pintor y poeta Vladímir Mayakovski.


















































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