Constructivismo
El término «constructivismo»
aparece por primera vez como algo positivo en el Manifiesto Realista (1920) de
Gabo Diem. Alekséi Gan utilizó la palabra como el título de su libro
Constructivism, impreso en 1922. Aplicó el constructivismo a su trabajo, mientras
que su abstracción geométrica se debió, en parte, al suprematismo de Kasimir
Malévich.
Primera Exposición constructivista (OBMOJU), 1921 |
La base de enseñanza para el
nuevo movimiento fue puesta por el Comisariado del Pueblo para la Educación (o Narkompros)
del gobierno bolchevique (o Sovnarkom), a cargo del Ministerio de Cultura y
Educación dirigido por Anatoli Lunacharski, que en 1918 suprimió la Academia Imperial
de las Artes de Petrogrado y la
Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú
(en:Moscow School of Painting, Sculpture and Architecture). La oficina
artística del Comisariado funcionó durante la Guerra Civil rusa
principalmente dirigida por futuristas, que publicó el diario Arte de la Comuna. El centro del
constructivismo en Moscú residía en Vjutemás: la escuela para el arte y el diseño,
establecida en 1919. Gabo Diem señalaría más adelante que la enseñanza en la
escuela fue orientada más en la discusión política e ideológica que en la
creación artística.
Tatlin, arte y constructivismo
Monumento a la Tercera Internacional de Tatlin (1919) |
La obra canónica del
constructivismo fue la propuesta de Vladímir Tatlin para elMonumento a la Tercera Internacional
(1919) que combinaba una estética de máquina con componentes dinámicos que
celebraban la tecnología, como los reflectores y las pantallas de proyección.
Gabo Diem criticó públicamente el diseño de Tatlin diciendo «O se crean casas y
puentes funcionales o el puro arte por el arte, pero no ambos».
Esto llevó a una división
importante dentro del grupo de Moscú en 1920 cuando el Manifiesto Realista (de
Naum Gabo y Antoine Pevsner) afirmó la existencia de un núcleo espiritual para
el movimiento. Esto se oponía a la versión del constructivismo adaptable y
utilitaria que sostenían Tatlin y Ródchenko.
La obra de Tatlin fue
inmediatamente alabada por artistas en Alemania como una revolución en el arte:
una foto de 1920 muestra a George Grosz y John Heartfield sosteniendo una
pancarta diciendo «El arte está muerto. ¡Larga vida al arte de la máquina de
Tatlin!», mientras que los diseños para la torre se publicaron en la revista de
Bruno Taut Fruhlicht.
Así como estuvieron envueltos en
trabajos de diseños industriales, los constructivistas trabajaron en festivales
públicos y diseños de carteles callejeros para el gobierno de la revolución
bolchevique post-Octubre. Quizás el más famoso de esos se dio en Vítebsk, donde
el grupo UNOVIS de Kazimir Malévich pintó placas de propagandas y edificios (el
más conocido era el póster de El Lissitzky: Golpea a los blancos con la cuña
roja (de 1919). Inspirado por la declaración de Vladímir Mayakovsky «las calles
nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas», artistas y diseñadores
participaron en la vida pública durante la Guerra Civil.
Una instancia determinante fue el
festival propuesto para el congreso del Comintern en 1921 por Aleksandr Vesnín
y Liubov Popova, que reensamblará las construcciones de la exhibición OBMOJU
así como realizará trabajos para el teatro. Hubo un gran momento en este
periodo entre el constructivismo y el Proletkult, cuyos ideales concernieron en
la necesidad de crear una estructura cultural completamente nueva y acorde a
los constructivistas. En suma algunos de los constructivistas estuvieron
fuertemente envueltos en la «Ventanas ROSTA», una campaña de información
pública bolchevique alrededor de los años veinte. Algunos de los más famosos de
esta fueron el pintor y poeta Vladímir Mayakovski.